A unos días de la Navidad, ADIPA (Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera y de su Comarca) ha recibido «la ayuda de un ángel», como destaca su presidenta Cristina Marina. Carmen Bueno Pérez ha entregado, en nombre de su difunto esposo José Quintana Aranda, el donativo personal más grande que ha recibido el colectivo, así como declarados como herederos a los usuarios de la asociación.
Con la ayuda, ADIPA puede iniciar la construcción de la residencia de adultos para personas con discapacidad intelectual que proyectan ejecutar junto al Hotel Antequera Golf, en la zona de expansión de la ciudad.
Un proyecto que comenzó cuando los padres de los usuarios preguntaban qué pasaría cuando por su edad no pudieran atenderles en casa o fallecieran y se quedaran solos: «Los padres se ven mayores y su preocupación es cómo y con quién van a dejarlos, por lo que esta iniciativa garantiza un hogar para todos ellos», sigue Marina.
Será para personas con nivel medio de dificultades, entre 20 y 60 años, que con su traslado, conseguirán aumentar las plazas de la casa madre: «Actualmente atendemos a 170 personas en nuestra sede y no podemos acoger a más porque no tenemos espacio. Cuando la abramos, podremos llegar a las 200 plazas», apunta Diego González, gerente de ADIPA.
Todo surgió cuando Carmen y Pepe veían a un padre con su hijo. Carmen, costurera y ama de casa, paseaba con su marido, Pepe, toda una vida dedicada al campo y un taller agricultura en Los Llanos de Antequera. «Recuerdo que comentábamos cuando veíamos a un padre con su hijo de ADIPA –con síndrome Down– que iba por la calle y mi marido se preguntaba que cuando murieran sus padres, qué harían con los niños».
De ahí que al fallecer a final de marzo su marido, Carmen Bueno, que al no tener hijos se quedaba sola, se planteó qué hacer con su dinero. En el banco le aconsejaron donarlos a alguna asociación benéfica y ella recordó esa conversación con su marido: «No tuve duda, decidí dar un dinero inicial, comprometerme a otro cuando empiece la obra y para terminar, declararlos herederos para cuando yo me muera, para que reciban todos mis bienes».
La residencia se construirá sobre unos terrenos que ha cedido el Ayuntamiento de Antequera por el uso social de los mismos. Tienen previsto terminarla en cuatro años y cuentan con un presupuesto de 1,8 millones de euros. «Tendremos ayudas públicas del 0,7, del IRPF y de la ONCE, pero no sé decirte la cantidad concreta porque estamos esperando a las elecciones para saber el compromiso de cada una que ya sabemos que existe», señala la presidenta.
Pese al dinero público y la más que generosa aportación de Carmen Bueno, precisarán de más dinero: «Siempre salimos adelante con las ayudas de las administraciones y bancos, pero sobre todo de la generosidad de personas como Carmen, de las que esperamos más a lo largo que vamos desarrollando el proyecto», confía Cristina Marina.
Como agradecimiento, «el centro llevará el nombre de su marido, José Quintana Aranda, pero nosotros le hemos añadido el de ella, Carmen Bueno Pérez, porque aunque la idea surgiera de su pregunta, ella ha sido la generosa, la que lo ha decidido, la que lo ha materializado».
La residencia tiene una superficie de 6.900 metros cuadrados, los 32 usuarios vivirán en apartamentos en planta de calle. Habrá sótano con servicio de lavandería y restauración. Será tutelada, por lo que se contratarán al menos a 15 personas para cuidar de ellos.
La mayoría de los usuarios trabajan en los centros de empleo y ocupacional que promueve la propia ADIPA. Una vez abierta la iniciativa, trabajarán de día, y vivirán de noche y los fines de semana en la que será su casa gracias a la labor del colectivo antequerano, que ha encontrado un regalo de Reyes Magos, gracias al matrimonio de Carmen y Pepe. (DiarioSur)
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